Jungkook estaba muy concentrado en tranquilizar al omega que permanecía asustado entre sus brazos; su instinto de protección se vio aún más alterado al percibir que un alfa se acercaba por el pasillo, ni siquiera lo escuchaba pero algo dentro de él ardía indicando que debía cuidar del chico, apretó más el abrazo que tenía sobre él y un gruñido amenazante salió de su boca alterando al enfermero que lo miraba impactado.

—No te gruño a ti, nunca a ti, shh —acarició su espalda con paciencia hasta que un aroma que por algún motivo le resultaba familiar se hizo presente en la habitación. Un alfa de cabello oscuro se posicionó en la puerta, se veía tan sorprendido como su omega, luego un beta castaño y otro grupo de personas estaban frente a él, tratando de arrebatarle al chico que tanto luchó por encontrar y proteger.

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El Dr. Kim entró por la puerta y al ver la escena sus ojos se expandieron a más no poder, Yoongi entró tras de él acompañado de algunas enfermeras; todos estaban en la recepción de la sala de urgencias cuando escucharon mucho alboroto proveniente de las habitaciones, así que se encaminaron ahí de inmediato sin esperar ver a un hombre inconsciente y a su paciente, anteriormente comatoso, aferrado al enfermero como si su vida dependiese de ello.

Un rugido se escuchó fuerte a través de las cuatro paredes del lugar, los cristales vibraron y el espacio se volvió totalmente silencioso; el alfa pelo negro retrocedió, sumiso ante el rango que mostraba ese alfa que bien conocía, las enfermeras omega agacharon la cabeza en muestra de respeto y Yoongi se quedó en su sitio, al ser beta no le afectaban esas cosas, pero prefirió guardar distancia con el alfa que a simple vista se veía furioso.

Jimin no sabía qué estaba sucediendo, lo único de lo que estaba seguro es que su omega se sentía a salvo y protegido entre los brazos de ese alfa; era desconcertante verlo despierto y gruñendo a todos, hace menos de media hora estuvo con él, lo vio dormir con tranquilidad aparente, sus pestañas tocaban sus pómulos, es tan extraño verlo ahí, tan cerca y enojado, pero su omega estaba demasiado asustado como para alejarse de él. Su mirada se conectó un segundo con la de Yoongi haciéndolo entrar en razón, pestañeó un par de veces para tratar de calmarse, respiró profundo para evitar que el llanto lo consumiera de nuevo y por fin pudo ver más a detalle la situación.

Sus ojos pasaron por todo el lugar, no había prestado atención al hombre tirado a unos metros de él; tanto Taehyung como Yoongi lo miraban expectantes, el alfa a su lado no dejaba que se acercaran y tampoco tenía intenciones de soltarlo por sí mismo, el traumatólogo pudo arrastrar al alfa inconsciente para revisarlo y detenerlo hasta que se averiguara lo que sucedió, lo entregó a un grupo de enfermeros y volvió a la habitación.

Jimin volvió a mirar a Jungkook, pronto cayó en cuenta de que estaba herido y necesitaban atenderlo de inmediato; tenía sangre en todo el torso, sus manos temblaban y su piel estaba tan fría que el pecho del omega se acongojó por pensarlo tan delicado, pero el alfa no dejaba que se acercaran. A su mente llegaron todas las historias que Jiyoung le contaba sobre que Jungkook; que jamás lidió con su alfa, que el rizado nunca quiso ser alfa, así que comprende que debe estar siendo algo complicado de asumir para el lado humano del alfa.

Giró su cabeza un poco para ver los ojos del alfa, estaban tan oscuros, con las pupilas tan dilatadas, pero incluso así, incluso con el instinto arrasando con todo el verde, pudo ver los orbes esmeralda más hermosos que jamás había visto, incluso sentía una ínfima tristeza porque el alfa no le miraba de vuelta, estaba demasiado ocupado asesinando con la mirada a las otras personas del lugar. Buscó tranquilizarse aún más para que el alfa bajara la guardia, pero lo único que consiguió fueron suaves caricias reconfortantes en la espalda como diciendo: —Todo está bien.

¿Por qué se sintió adecuado?

—Alfa... —llamó suavemente, mirándolo a la cara; sabía lo bajo que eso sonó, lo íntimo que se sintió, pero necesitaba su atención. El nombrado casi se rompe el cuello al girar su cabeza tan rápido, revisó al omega mirando cada parte de su rostro, buscando algún indicio de daño, sus ojos se veían preocupados y su ceño fruncido ante la duda.

—Yo te cuido, tranquilo —frotó su mejilla contra la de Jimin, el omega no pudo retener un ronroneo gustoso que salió de su pecho; nunca tuvo mucha atención de un alfa, después de todo era el rarito omega hombre, no era extraño ver chicos omega, pero sus compañeros se encargaron de ensañarse con él y todos se alejaban. Nunca experimentó esa intimidad con nadie, ni siquiera lo intentó, tal vez por eso su omega está tan gustoso con los mimos.

—Tienes que soltarme, estás herido —pidió, pero el ojiverde sólo lo apretó aún más a su pecho y regresó su vista hacia los demás—. Jungkook, por favor —el alfa comenzaba a respirar con dificultad, todo su interior estaba ansioso por auxiliarlo, por curarlo.

—No voy a dejar que te vayas, si te va- —tosió un poco girando su cara para cubrirse—. Si te vas no puedo cuidarte —sus ojos eran suplicantes, dolidos; el omega jadeó ante el impacto de ver el hilo de sangre que se deslizaba por la boca del alfa.

—Jungkook, tienen que atender tus heridas, tienes hemorragia —insistió con ojos casi inundados.

—No, ya te tengo y no voy a dejarte —negó gruñendo. Jimin trató con argumentos aún más suplicantes, pero no obedecía, el alfa de Jeon estaba más posesivo que cualquiera, al ser sometido al supresor por tanto tiempo, el alfa jamás se mostró y ahora que estaba al mando debía mantenerse así, ahora la parte racional no podía recuperar el control ante la debilidad y si sumamos el hecho irremediable de su pureza... Todo se complicaba más.

Con el paso de los minutos el cuerpo del rizado comenzaba a perder fuerza y se veía más pálido, la sangre seguía brotando de las heridas de su torso y de vez en cuando escupía sangre. Los médicos tenían listo un sedante, pero el alfa no dejaba que nadie se aproximara a ellos; consideraba a cada persona una amenaza para él y su omega, todos iban a intentar arrebatárselo, no iba a permitirlo y al ser alfa puro, todos lo obedecían por inercia, los betas no podían arriesgarse a ser atacados así que tenían que mantenerse al margen.

—Alfa, si mueres, ¿quién cuidará de mí? —el omega trató de dialogar con el lobo alfa—. Por favor —suplicó, ese era el último recurso que Jimin y su omega podían ofrecer, el ojiazul no sabe el porqué de la actitud protectora de Jungkook y aunque su omega dice que es porque es su alfa, Jimin está seguro que es por los cuidados que le brindó este último tiempo, por eso el alfa siente tanto apego hacia él.

El castaño tomó el rostro del otro, colocó sus manos en las mejillas del más alto y suplicante dijo: —Por favor —con la voz rota, la vista de Jungkook se veía agotada pero como el alfa que es, no podía negarle nada a su omega, asintió dudoso y de nuevo, buscando el contacto con el omega, frotó la mejilla contra el pecho de este, pero a medida que lo hacía, el movimiento se volvía más lento hasta que se detuvo y Jimin sintió que lo soltó por completo, se había desvanecido en sus brazos.

El miedo lo embargó de nuevo, su pecho se abrumó y sus ojos se cristalizaron completamente; pensar en que ese chico lo había salvado y ahora estaba tan herido, pensar en Jiyoung y Hyungwon, en lo preocupados que estaban porque Jungkook despertara y ahora corre aún más peligro, y todo por ayudarlo. El rizado lo había protegido hasta el final y él no podía auxiliarlo.

Un grupo de enfermeros beta y los médicos alfa lo levantaron para colocarlo en una camilla y llevarlo al quirófano, tendrían que realizarle otra cirugía, Jimin solo veía la escena con dolor, algo en su pecho dolía de la peor forma posible, sentía que su lobo desgarraba por salir de ahí y correr tras el rizado pero no podía hacerlo, Taehyung y Yoongi lo tomaban cada uno por un brazo para evitar que cayera de lleno al suelo.

—¿Jimin, estás bien? —preguntó el beta, el omega solo pudo asentir, las palabras no salían de su boca por el amargo sentimiento que se acumuló en su corazón al ver a la gente arrastrando la camilla donde Jungkook se encontraba; a cada paso que se alejaban, la culpa más lo consumía.

—Tenemos que ir a revisarte —propuso Taehyung—. Vamos —los tres caminaron por el pasillo hacia otra habitación, sus amigos nunca lo soltaron pero el omega se detuvo en medio del pasillo, intentando empujarlos.

—No —sus ojos asustados miraron a los médicos—. Tienen que atender a Jungkook, tienen que ayudarlo —suplicó al entrar por la puerta, Yoongi y Taehyung han sido los médicos de Jungkook todo este tiempo, tienen que estar con él y orientar al resto del equipo para salvarlo.

—Hoseok se encargará de eso, la cirugía es de su área, no te preocupes todo va a estar bien —dijo el azabache—. Ahora dinos qué ocurrió y si estás lastimado.

—Pero él está despierto, eso no está bien —agitó la cabeza por lo que acababa de decir, lo empujaron hacia una de las habitaciones libres—. O sea si, está bien, es lo mejor, pero despertó después de tanto tiempo, tienen que revisarlo de inmediato.

—Jimin, tienes que calmarte —habló Yoongi—. Sabes cómo es el procedimiento, primero se le realizará la cirugía, sus heridas eran algo delicadas y posteriormente se le realizarán los estudios necesarios, calma —tomaba la mano del omega para reconfortarlo. Jimin no podía relajarse, su pecho dolía, sentía incertidumbre y mucha angustia, su lobo no dejaba de removerse inquieto en su interior, al parecer estaba en contacto con el alfa y eso le parecía de lo más extraño, no era normal y por supuesto era extraño, no sabía cómo lidiar con esos sentimientos combinados.

Taehyung le dio unas pastillas para que su cuerpo dejara de tensionarse pero sin adormecerlo, le dijeron que el médico endocrinólogo de Jungkook le haría unas preguntas respecto al alfa, cuando le mencionaron el nombre del doctor se dio cuenta que era el suyo también, vaya casualidad.

Luego de un rato se encontraba más calmado, pero el dolor de su pecho permanecía intacto, latente. El Dr. Moon entró a la habitación tan sonriente como siempre aunque se quedó un poco quieto al ver al omega.

—Hola, Jimin —saludó sonriente—. ¿Tú eres el enfermero de Jungkook? —cuestionó con los ojos entrecerrados con suspicacia.

—¡Qué casualidad, ¿verdad?! —sonrió, pero sin formar las arruguitas al costado de sus ojos.

—En este momento comienzo a dudar que sea una casualidad —dijo en un tono bromista que Park no comprendió—. Jimin tú... ¿conocías a Jungkook con anterioridad? —volvió al tono serio que la situación ameritaba pero sin borrar la sonrisa de sus labios. Conoce al médico desde hace 5 años y nunca lo ha visto sin una sonrisa en su rostro, consulta tras consulta se comporta como el mejor especialista del planeta.

—No, conocí a su madre una semana antes que a él por otra casualidad —rió bajito—. Pero a Jungkook no lo había visto nunca.

—Ya veo —asintió—. Pero pudieron toparse en alguna de las consultas que tenían conmigo... ¿no lo recuerdas en la sala de espera o algo parecido? —planteó pero el omega negó nuevamente.

—Supongo que podríamos, pero no me resulta familiar —frunció las cejas, curioso—. Aunque ahora que lo menciona... Jungkook no me parece conocido pero su padre si, siento que lo he visto en algún lado, sé que eso no tiene nada de importante pero creo que es bueno mencionarlo —se encogió de hombros y rió nuevamente avergonzado por soltar información no solicitada.

—Aunque no lo creas es información muy relevante —sonrió hacia el omega—. ¿Has tenido otro encuentro u situación que involucre a Jungkook o su familia? —se lo pensó por un momento, tenía una linda mueca en el rostro y sus dedos índices y corazón tamborileaban en su barbilla al tratar de recordar.

—Además del hecho de que el Dr. Min, su médico, también es médico de mi hermanita... Creo que no —negó.

—Okay —anotó algo en una hoja de su papeleta y luego miró al omega con la sonrisa más extraña que le ha visto jamás—. ¿Jimin, has escuchado hablar sobre las almas gemelas?